Este dolor no es mío
Los dolores emocionales se pueden heredar, pero también se pueden sanar y transformar.
Jessica Southwell
10/26/20255 min read


Holi beibisss 💗
Bienvenid@s de nuevo a mi refugio literario 💗
Hoy les voy a escribir acerca de un libro del que me han consultado en el bookstagram (si no me seguís aún, podés buscarme en instagram como @la.luz.de.sus.ojos ), el cual se llama “ESTE DOLOR NO ES MÍO”, de Mark Wolynn.
Este libro parte de la idea central de ayudarte a identificar y resolver los traumas familiares heredados. En otras palabras, nos ayuda a ser conscientes de que hay dolores emocionales, miedos o patrones con los que cargamos pero no son nuestros, sino que se originaron en generaciones anteriores y nosotros los heredamos biológicamente.
Si alguna vez hiciste algún ejercicio de constelación familiar, puede que encuentres la relación más sencilla. Yo aún no lo he hecho, pero me da la impresión de que es un camino que se asimila un poco a esto.
Te lo voy a explicar un poquito, y después te voy a dejar preguntas que son claves para que las leas cuando estés en soledad, con cuaderno y lapicera (bolígrafo) en mano. Es importante que cuando hagas estos ejercicios (que te recomiendo hacer, no hay riesgo de fracaso, en el único caso en que no te recomiendo hacerlo es si le tenés miedo a sanar o a entenderte a vos mism@ y querés seguir haciéndote el personaje escéptico), los hagas con tiempo, en un entorno en el que te sientas segur@, y siendo lo más transparente posible con todo.
Ahora sí, después de esta no tan breve introducción, hablemos del contenido del libro:
Existe una herencia emocional invisible. ¿Qué quiere decir esto? Que nuestros antepasados pueden haber vivido eventos traumáticos como guerras, abusos, pérdidas, abortos, enfermedades, u otras situaciones tan fuertes y difíciles de aceptar y asimilar, que dejaron huellas emocionales y biológicas.
Estas huellas pueden quedar en ellos, pero también pueden transmitirse a sus hijos o nietos, afectando la forma en la que comprenden la vida, las relaciones, y el amor.
Puede que te hayan contado o no los sucesos, pero aunque no los hayas sabido nunca, tu cuerpo y tu mente pueden “recordarlos” por medio de síntomas físicos, pensamientos repetitivos, bloqueos inexplicables, fobias, miedos, ansiedad, etc..
¿Cómo lo reconocemos?
Es importante que lo oculto llegue a nuestra consciencia, alguien debe elaborar el duelo, las pérdidas. Para esto hay ejercicios que permiten visualizar y reconstruir narrativas más sanas.
El autor enseña por medio de preguntas (que luego te dejaré algunas para que las revises) a prestar atención a las frases que repetimos. Frases como: “nada me sale bien”, “voy a terminar solo/a”, “no tengo derecho a ser feliz”, suelen ser las que contienen las claves de un trauma heredado.
¿Qué hacemos una vez que lo reconocemos?
No se trata de culpar, sino de reconocer, aceptar, y liberar este dolor. Una vez que sepamos dónde nace, podemos dejar de cargarlo, devolverlo y dejar de sentirlo como nuestro. El hecho de poder mirar con compasión a quienes vinieron antes corta la cadena del sufrimiento. Entenderlos a ellos, nos ayuda a entendernos a nosotros mismos.
Bueno, ahora que ya leíste un poquito la teoría, te dejo algunos ejercicios prácticos.
ACORDATE:
LÁPIZ, HOJA, TIEMPO, TRANQUILIDAD, SEGURIDAD, SOLEDAD.
VOS, Y TODO LO QUE SE TE CRUCE POR LA MENTE, SIN REPAROS, SIN GUARDARTE NADA.
Preguntas de conexión o desconexión con nuestros padres:
Visualizá un entorno en el que tengas a tus padres en frente.
Ahora,
-¿los sentís cercanos o te estás cerrando a ellos?
-¿sentís que ellos te sienten con cercanía o que se cierran a vos?
-¿sentís a uno de forma distinta del otro?
-al visualizarlos, ¿sentís el cuerpo relajado o tenso?
Nosotros recibimos una fuerza vital desde nuestros padres, pero esta puede verse limitada si nosotros:
-nos fusionamos con un progenitor
-rechazamos a un progenitor
-vivimos una ruptura temprana del vínculo con nuestra madre
-nos identificamos con un miembro de nuestra familia distinto de nuestros padres.
Ahora, pensá en lo que escribiste de tus padres.
Enfocate en eso, y describilos. Primero a uno, después al otro. Escribí sus características. No intentes no ser hiriente, nadie más que vos va a ver esto, y necesitás ser honest@ con vos mism@.
(No sigas leyendo hasta terminar de escribirlo.)
Cuando termines, pensá en cuales de esas características podrían resonar con vos (si hay alguna), o si hay algunas que quieras evitar a toda costa.
Releé lo que escribiste, y pensá: ¿estas palabras contienen resentimientos guardados hacia alguno de tus padres?, ¿contienen acusaciones?
Lo que queda sin resolver con nuestros padres, suele servir de patrón a la hora de forjar nuestras relaciones personales (parejas o amistades íntimas).
Si sentimos que no recibimos lo suficiente de nuestros padres, es muy probable que tengamos el sentimiento de que no recibimos suficiente de la vida tampoco.
Investigá en tu interior para encontrar el origen del dolor:
Para este ejercicio, necesitás concentrarte en el problema que quieras resolver, el que está perturbando tu sensación de seguridad, tranquilidad, o de bienestar.
Ahora, ¿cuál es la cuestión más profunda que querés cambiar? ¿Qué es lo que querés que cambie?
Escribilo, y no corrijas nada.
Escribí lo que te llegue, todo, no dejes nada dentro.
¿Qué te asusta que pase en el futuro si esto no cambia? ¿Qué pasaría si nunca se te va esa sensación, el síntoma o el trastorno que tenés?
Tomate un momento para releer esto.
Ahora, seguimos con otras preguntitas:
¿qué estaba pasando en tu vida cuando apareció este problema?
¿qué edad tenías?
¿le pasó algo traumático a alguien de tu familia a esa edad?
¿qué pasa justo antes de que te sientas así?
¿hay algo que lo alivie o lo agrave?
Escribí, dejate llevar. Podés ir respondiendo de a una, o podés contestar todo junto, lo importante es que indagues en tu interior y no te permitas obviar nada, que todo salga, que todo se exprese.
¿Lo tenés?
Ahora enfocate en esto: ¿qué es lo peor que podría pasar si esto no se alivia?
Escribí el párrafo entero, no se te ocurra dejarle ninguna palabra.
Ahora, resumilo en una oración. La más fuerte, la que más te resuena.
¿Hay algo que se repite y que no resuena con el momento de tu vida en el que estás?
Si pensás que sí, es muy probable que sea porque lo heredaste, que no sea tuyo.
En el libro hay más ejercicios de este estilo, y te recomiendo que hagas todos los que resuenen con vos. Yo leí este libro con el cuaderno que está en la foto al lado, escribiendo cada cosita que se me removía internamente.
Este libro no se lee para pasar el rato, se lee para que entendamos lo que nos pasa, para que encontremos el origen y trabajemos en ello. Para que sanemos, liberemos y transformemos ese dolor heredado.
Ojalá te dé la claridad que estabas buscando al comenzar a leer esto.
Si leíste hasta acá, muchísimas gracias 💓.
Te abrazo a la distancia en este momento de búsqueda y sanación que estás teniendo 💓.
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